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lunes, 25 de febrero de 2008

UN IDIOMA, MUCHAS CULTURAS



Nadie mejor que Emil Ciorán, rumano emigrado a Francia, para decirlo:


“Uno no habita un país, uno vive en una lengua"


La lengua es, por excelencia, la principal característica de nuestra facultades mentales. Las palabras, el vocabulario, no son más que una enciclopedia de uso de todo aquello que se conoce. La gramática y la sintaxis no son más que el ejercicio de la lógica del pensamiento, por lo que el conjunto de vocabulario y gramática y sintaxis de una lengua constituyen la característica principal de un pueblo.

En estos dias de encendidos discursos ideologizantes de grimosos tenores de los grillos, se pretende decir que nuestra cultura venezolana, o de modo extensivo, nuestra cultura hispanoamericana es, eminentemente, una cultura afroamericana. No sé por quien hablarán estos estridentes tenores pero tendré que usar los mejores versos de Machado para manifestar el estupor:


"Desdeño las romanzas de los tenores huecos
y el coro de grillos que cantan a la luna.
A distinguir me paro las voces de los ecos,
y escucho solamente, entre las voces, una"


Una sola voz oigo y es la de la cordura y la de la mesura en las valoraciones de conceptos tan importantes como las bases étnicas, culturales o idiomáticas de unas sociedad. El historiador Eduardo Arcila Farías, citado por Elías Pino Iturrieta en un reciente y lúcido artículo titulado “La leyenda negra”, decía en su ensayo “La colonización comparada”:


“…la hegemonía de los españoles en ultramar no consistió en la ejecución de un aplastamiento sin contemplaciones sino en la adaptación de una cultura provista de recursos sobre otra que carecía de elementos para salir airosa en la confrontación”


Y pocas culturas como la Hispánica para ver, no una, sino muchas culturas sobrepuestas a costa de las debilidades de las anteriores. Iberia, Hispania, España, las Españas, es un claro ejemplo de crisol de culturas. Las Españas seran Tartesas, Íberas (escualdunas ribereños del rio Iber o Ebro) y Celtas y se covertirán en Celtíberas y después serán culturizadas por, Fenicios, Fóceos, Cartagineses, Griegos, Romanos, Godos, Suevos, Vándalos, Alanos y Árabes en un largo proceso de transculturización que aún no acaba.

Pero me anima mucho, siempre que oigo estas expresiones de hispanofobia, oir a estos tenores huecos decirlas en un sonoro idioma castellano que, por si mismo, refuta todo lo que están diciendo. No han de usar otro idioma más que el castellano y ese idioma usado marca perfectamente su base cultural. No podrán decirlo en los supuestos idiomas de los afroascendientes como el swahili, ni en mandingo, ni en kikongo, ni en lingala, ni en bambara, ni en zulú o en tsawana, y si fueran netamente americanodescendientes ni siquiera lo pueden decir en los de los autóctonos pemón, yequana, wayú, barí guaraní, quéchua, aymara,. Hablan castellano porque su base cultural es el castellano por más de 500 años.

Hablamos un idioma que, como pocos, es un documento actual donde pueden rastrearse todas las culturas que, en aluvión, van formando las sucesivas culturas que formaron la cultura hispánica, dentro de la cultura occidental. No hay culturas puras que nos lleguen desde la noche de los tiempos, todas se van influenciando, sobreponiendose, usurpándose, dominándose y sobreviviendo, pero transformándose, las más fuertes.

La lengua es la creación cultural matriz del mundo hispánico y, con cada una de las culturas con que topa, ella se desarrolla en un camino bidireccional: influye y es influida. Si hay una cultura que se pueda decir que es la consecuencia de un aluvión de culturas, esa es la Cultura Hispánica y aún más, por los aportes del americanismo, lo será la Cultura Hispanoamericana. Y todo eso está conservado en nuestro idioma, las raices de nuestra cultura están en él, podemos ver los rastros de todas las invasiones, de todos las influencias, convivencias y coexistencias, modas, apropiaciones e innovaciones. Un idioma que, casi se puede decir, no conoce inicio, tan profundas son sus raices en el tiempo.

Nuestro castellano tiene, aproximadamente, 83.500 entradas, aunque podrían ser muchísimas más si le incorporasen todas las palabras que se pueden formar con prefijos, sufijos y derivados de las palabras. El pueblo llano las va componiendo y dándoles rango por su uso común. Todas las causas que lo influyen hacen que estas palabras aparezcan y desaparezcan, se transformen en su ortografía y se validen y se invaliden por su uso o desuso.

La base fundamental de nuestro idioma es, bien sabido, el latín; a través de la vulgarización del latín, es decir, de la deformación del latín por el uso cotidiano de un pueblo o unas gentes, es que damos paso a las lenguas romances. Pero en la vulgarización y transformación paulatina, hasta lo que hoy consideramos nuestro castellano actual, está toda la historia y todas las vicisitudes de un pueblo, o de un conjunto de pueblos, que constituirán las Españas.

¿Qué idioma hablaban los habitantes de la península antes de la llegada de los griegos y romanos? Esos pueblos de las riberas del rio Ebro, a quienes los griegos llamaron Iberos, hablaban eúscaro o lengua bascongada, y esa huella ha quedado perenne en el castellano a través del fonetismo que es el último vestigio que pierde un idioma al ser sustituido por otro. De ahí nos viene el marcado sonido de la “rr” o la sustitución de la “f” latina por la “h” castellana (excepto el bable que conserva la “f” latina).

El latín que trajeron los conquistadores romanos a Hispania ya incluía palabras de culturas anteriores a la que ahora estaba imponiendo el Latium, el Lacio, aquel valle que vió desarrollar la cultura etrusca, que a su vez procedía de la cultura lidia, mil trescientos años antes y así hacia la noche de los tiempos. Pero el imperio romano que impuso idioma, leyes y costumbres a sus vastos territorios, no fue capaz, en el transcurso del tiempo, de mantener la unidad en el idioma, así como se mantuvo el sistema judicial y el sistema organizativo de las sociedades.




Hispania en tiempos de Roma



Los idiomas pertenecen a los pueblos y ellos son los que los adaptan, los tranforman y los hacen suyos y, en muchas ocasiones, como ocurrió con el castellano, van más allá de la caída del propio imperio que lo impuso, el Imperio Español. Cuando en el siglo XIX se separan las provincias americanas de la Corona de España, en estas provincias o nuevas naciones, se mantiene el uso del idioma castellano. No le ocurrió lo que al latín que, al desmebrarse el imperio romano, igual se desmembró el idioma latín y los pueblos que se formaron en “naciones” conformaron mucho antes los idiomas que después los aglutinaron. Y así nacieron las lenguas romances derivadas del latín: el castellano, el italiano, el rumano, el francés, el portugués, el gallego, el catalán, y localmente más restringidos: el bable, el leonés, el valenciá, el mallorquín y el riojano.

El latín es dificilmente hablado por el pueblo, tan prontamente como en el siglo IV, y su vulgarización es la que va generando las lenguas romances. Allá por la zona riojana de los Montes Cogollos, mediado el siglo XI, en un húmedo y frío cenobio, un oscuro monje, probablemente vasco, anotaba al margen, a modo de explicación o traducción del texto latino, del “Códice Emilianense de los Concilios” :



“ Cono aiutorio duenno queno Chiristo... ”



Estas anotaciones o “ glosas” o “traducciones a la lengua del vulgo” del texto latino son lo que después devino en idioma Castellano.


Glosa Emilianense


Si bien los cultores de la puridad de las nuevas lenguas romances pronto comenzaron a dividirse en el manejo del nuevo idioma, unos escribiendo y componiendo en un, más o menos, conservador uso del idioma, en lo que se dio en llamar el “Mester de Clerecía”, hacia el siglo XIII. La palabra “mester” deriva de “Ministerium” u oficio y era ejercido por la Clerecía, que no eran necesariamente clérigos de Iglesia, pero si eran cultores de una riqueza de vocabulario y cultismos en las composiciones literarias. Además sus temas eran de elevada inspiración religiosa y moral.

Y el pueblo, el que se expresaba a través de la gente vulgar, del vulgo, la gente llana, la del hablar iletrado, siempre analfabeta, su habla, en sus historias, leyendas y mitos fueron cantados por el “Mester de Joglaría” en el que los juglares fueron los encargados de transmitir el habla del vulgo y sus historias.

Y en las Cortes y Chancillerías nos encontramos con otros modos y costumbres, otro hablar, otras expresiones y otros los temas de su inquietud inspiradora. Un habla cortesana, leguleya y política, tiene su expresión en el “Mester de Cortesía”.

Nuestro famoso “Libro de Alexandre”, (escrito utilizando la cuaderna vía o tetrástrofo monorrimo alejandrino) del siglo XIII, nos lo explica claramente en unos de sus versos:


Mester traigo fermoso non es de juglaría
mester es sin pecado, ca es de clerecía,
fablar curso rimado por la cuaderna vía
a sílabas cunctadas, ca es grant maestría


(Tengo un oficio hermoso; no es de juglaría.
Es oficio intachable, porque es de clerecía
hacer frases rimadas por la cuaderna vía
sílabas contadas, que es gran maestría)


Folio 45 del Libro de Alexandre del Códice de Osuna



Muchas cosas han tenido que cambiar de acuerdo a como el pueblo iba cambiando su modo de hablar, las modas de cada época, las gentes que nos influyeron en cada tiempo, los pueblos que nos “invadieron”, las costumbres foráneas que adaptamos todo fue transformando la vida de la sociedad hispana, y mucho más aún el lenguaje con el que se expresaban los mismos cambios.

Y como pocas zonas de Europa han sido tan invadidas o colonizadas como nuestra península Ibérica, todas las invasiones y todas las colonizaciones dejaron su huella impresa en nuestro actual idioma. Nuestro castellano, el idioma que todos nosostros hablamos, es un entramado histórico cultural y geopolítico que condensa, en si mismo, los últimos 4000 años de cultura mejor conocidos.

Nuestro idioma conserva muchas de las palabras derivadas del latin, y del griego a través de su influencia en el latín. La mayor parte de las palabras del castellano para la vida diaria provienen del latín, lo mismo que las palabras que usamos en los lenguajes eclasiástico (bautismo, profeta, catedral, diablo…) y científico (geografía, anatomía, planeta, filosofía, etc) e incluso después fuimos influenciados por los propios habitantes de la península que no era Castilla. Nuestro castellano incorpora palabras del vascuence y del catalán, por eso en vez de usar la palabra “siniestra” para izquierda, derivada del latin “sinistra”, usamos “izquierda”, derivada primero del vascuence “ezkerra”, y despues del catalán “ esquerra”, porque, en el paso a la lengua romance, el pueblo llano le dio a la palabra “siniestro” un tono peyorativo. Y los Hispanos siempre usaron la palabra euskera “yantar” y no será sino hasta comienzos de la Edad Moderna que los Hispanos empezaron a usar la palabra “comer” impuesta por la moda romana, en la alta sociedad, del “comedere”. El pueblo bajo aún usaba “yantar” y la clase alta, siempre a la “última moda”, usaba “comer”.

Pero antes que los vascos, los Godos, antiguo pueblo de Germania que desde el siglo III hasta el VI d.C. constituyó una potencia invasora de Europa, coincidiendo con el periodo desintegración del Imperio romano, colonizaron la península Ibérica entre los años 409 y el 711, sucesivamente fuimos colonizados por los Alanos, quienes después se dividieron en Suevos que invadieron Galicia y Portugal y por Vándalos en el resto de la península. Estos pueblos dejaron muchas palabras de las prácticas guerreras en nuestro castellano, como por ejemplo: espía, arenga, ropa, banda; todas palabras de origen godo. Los suevos nos aportaron palabras tan castellanas hoy como: álamo, bota, brezo, borona, centollo, cerveza, losa, gancho, garza, etc. El antiguo nombre de Castilla era Vardulies. En unos escritos de Alfonso III el Magno, Rey de Asturias y León se lee:

“Vardulies qui nunc vocitatur castellae”
(Vardulies que ahora llaman castillos)

Esa raiz Var- es una clásica raiz de origen godo y se usa en los pueblos nórdicos para nombrar a las varas de madera típicas de las fortalezas bálticas y, su uso en estas tierras, nos dejó la palabra “vara” y la construcción de defensas con varas.

Todas esas palabras marcan el paso de Celtas, Godos, Visigodos, por nuestra península, dejando no solo palabras en el idioma que nacería en el siglo XI, sino modas, costumbres, ritos y todo el cúmulo de transferencias que llamamos cultura. Y las nuevas palabras que adaptó el castellano provienen del uso de nuevas cosas, o nuevas ropas, o nuevas modas.

A partir del siglo XI, con la expansión del reino de Castilla, comenzará la castellanización del resto del territorio que será, fundamentalmente, las tierras al sur del Duero. Hacia el este quedarán Cataluña y Aragón con menos influencia castellana, al oeste Galicia y al norte Asturias, Cantabria y Vasconia. Y de estas tres zonas, claramente diferenciadas, será el Bable quien contenga las variedades lingüísticas más ricas. Estas zonas mantendrán hasta los tiempos modernos sus lenguas romances y el centro sur de España no mantiene ninguna de las que se hablaban antes del dominio castellano precisamente por esta influencia y por haber continuado la reconquista en estas tierras dejando ya a salvo las tierras norteñas y muy aisladas geográficamente. El castellano avanzará por el resto de la península y el gallego, el bable, el vascuence quedarán relegados a sus zonas geográficas donde solamente los conservará el aislamiento característico de estas tierras con respecto al resto de la península.

Pero de todos los pueblos invasores a la península ninguno ha dejado tantas palabras en el castellano como los árabes, aproximadamente unas 4.000. Y no porque hayan dejado expresamente las palabras sino porque todas las artes y oficios y costumbres que fueron traspasándose a la sociedad castellana iban acompañadas de su nombre, transfigurado del árabe en la transición al castellano. Algunas palabras nos quedan del mozárabe, tal es el caso de alpiste (alpist) que es una palabra que procede del latín (pistum) y que transformaron los mozárabes en alpiste. Pero la mayor parte de las palabras nos vienen directamente de los árabes.

Palabras árabes referentes a la agricultura son numerosísimas y son indicatorias del avance que, en agricultura, tenían estos pueblos. Nos aportaron no sólo sus técnicas sino también sus productos, por ello hoy tenemos procedentes del árabe: algarroba (harrûba), berenjena (bedinyena), limón (laimûn), naranja (naranya), zanahoria (safunariya), acelga (silqa), acemite (semîd), acíbar (síbar), adelfa (dífla), ajonjolí (gulgulan), albahaca (habaqa), albaricoque (birqûq), alcachofa (harsûfa), alfalfa (fásfasa), altramuz (turmús), alubia (lubiyâ), altramuz (at-turmus) o los famosos pistachos procedentes de los alfónsigos (fústaq).

Estos productos podían ser cultivados en alquerías (al-qarya). Si se recogían cosechas de estos productos y se vendían, había que ponderarlas en fanegas (faníqa) que era una medida para áridos equivalente a 55 litros. Si había que medir capacidades se usaba el almud (al-mudd) aunque tenía valores diferentes según las regiones y las épocas. Si la cantidad a medir era pequeña se usaba el adarme (adáham) que era un peso equivalente a 179 cgrs. (hoy nos queda adarme como sinónimo de pequeño o de insignificante)

Gran relevancia tuvo el cultivo de la aceituna (zeitûna) que era prensada en la almazara (macsára) para obtener el aceite (se sustituyó la palabra “oleum” latina por la palabra “aceite” árabe). El primer líquido que se obtiene de las aceitunas, cuando están apiladas antes de la molienda, aún se llama alpechín (al-pechín)
Para estas explotaciones agrícolas se aportaron los conocimientos de la ingeniería hidráulica y así construyeron acequias (saqiya) para transportar el agua que a veces sacaban con norias (nacûra) o con azudas (sudd) y que después se almacenaba en albercas (al-birka) o en aljibes (al-yubb). Estas traídas de agua, a veces, tenían en su diseño una alcantarilla (al-qántara) que era puentecillo junto al camino o el pequeño acueducto que pasaba bajo él.


Beato De San Miguel de Escalada


Los que transportaban mercancías se llamaban recueros (rákab) y las llevaban hasta los zocos (sûq) y se vendían en los almacenes (máhzan) las mercancías que eran pagadas en maravedís (murabiti) después de haber pasado por las aduanas (diwân) para ser registradas y pagar los impuestos debidos a los almojarifes (al-músrif, el inspector) que eran los recaudadores de tributos. Claro que las cuentas había que sacarlas usando el álgebra (yêbr), que tanto significaba “componedor de huesos” como “la reducción”, para que con guarismos (al-huwärizmî) se expresasen cantidades como cifras (sifr).

No hay, en el castellano, palabras más dulcemente sonoras que las de procedencia arábiga. Pronúncielas Ud. y llénese los oídos de esa sonoridad tan española. ¿No es mucho más sonora “alfayate” que “sastre”? ¿o “alberca” que “piscina”? Pronúncielas varias veces y disfrute de sus sonidos. Son palabras que debemos rescatar y usar en toda su extensión y significado, sobre todo sabiendo su procedencia y significado etimológico.

Hasta el siglo XI, y desde hacia varios siglos, los habitantes de la península, por la misma influencia árabe, dormían en “almadraques” que eran cojines sueltos o almohadas, pero a raíz de la entrada en la península de colonos y clérigos francos en el siglo XI, promovida por Sancho El Mayor con el Camino de Santiago , estos introdujeron un almohadón extendido o gran cojín, al que ellos llamaban, en su idioma franco, “colchón”. Los castellanos cambiaron el sistema utilizado para dormir y adoptaron también el nombre franco, por eso ahora dormimos en colchones y no en almadraques. Y la influencia de los monjes de Cluny en Castilla hizo que se cambiase el ritual religioso mozárabe por el romano en 1085, y con ello cambiaron las modas del vestido, y las del canto, y las artes de construccion de iglesias y conventos. Una invasión pacífica fue esta de los francos, pero de las más influyentes que haya tenido la península. Palabras que les debemos como: homenaje, mensaje, vergel, pitanza, fraile, mesón, manjar, vianda, vinagre o el mismo concepto de “franco” como algo exento de tributo o de obligación.

Las nuevas modas árabes cambiaron vestimentas y cambiaron los nombres de las vestimentas, y cambiaron los modos de montar a caballo usando la moda árabe “a la jineta” y por eso a quien va a caballo hoy lo llamamos jinete y no caballero (chevalier en frances o cavallieri en italiano)

Juan de Valdés, en su libro “Diálogo de la lengua”, escribía hacia 1530


...el uso nos ha hecho tener por mejores los (vocablos) arábigos que los latinos; y de aquí es que decimos antes alhombra que tapete, y tenemos por mejor vocablo alcrevite que piedra sufre (azufre) y azeite por olio”


Como vemos ya eran conscientes, en el siglo XVI, de la influencia de los arabismos en el castellano y no sólo conscientes sino que explican profusamente la presencia de tantos arabismos por la necesidad de servirse del término árabe para

“....aquellas cosas que hemos tomado de los moros”

Todas estas influencias fueron tan notorias para los visitantes de los reinos castellanos en el siglo XV, sobre todo bajo el reinado de Enrique IV (1454-1474), que escribían en sus relatos sobre lo influenciadas que estaban las costumbres, los ropajes, las comidas e incluso las bebidas, de las modas moras en la corte castellana. Así podemos leer en “Memorial histórico español” que Miguel Lucas de Iranzo, favorito del Rey Enrique IV,


“cabalgaba a la jineta, con aljuba morisca de seda”


Un idioma, muchas culturas, un idioma que es la base cultural de los pueblos de España, de Hispania, y que se asentó en quinientos y más años ya en nuestra América. ¿Es de extrañar pués que los huecos tenores de los grillos deban expresarse en un castellano enriquecido por los pueblos americanos? ¿Cual es más importante y decisiva influencia? ¿La que viene desde la noche de los tiempos través de los pueblos Tartesos, Lidios, Etruscos, Celtas, Íberos, Fenicios, Cartagineses, Griegos, Romanos, Godos, Suevos, Alanos, Francos y Árabes? ¿O será la minúscula participacion, innegable, de un componente africano?

Hable, expresese, use muchas de los 83.500 (si Ud, es una persona muy culta apenas usará unas 4.000) palabras del castellano y en ellas tendrá inequívoca respuesta. Los huecos tenores de los grillos pueden seguir cantando…… ¡en castellano! La Cultura Hispánica es la base fundamental de lo que hoy llamamos Cultura Hispanoamericana y forman la cultura básica, incluso, de los afrodescendientes y americanodescendientes de Venezuela y de gran parte de Hispanoamérica.

GLOSANDO A CIORAN





A Renzo, amigo aprendiz de lúcido

Emil Mihai Cioran Comaniciu, nació en 1911, en el pequeño pueblo de Rasnari, en plenos Cárpatos, Rumania, en el seno de una familia religiosa; su padre fue Emilian Cioran, un pope de la iglesia ortodoxa de Rasnari y su madre, Elvirei Comaniciu, una mujer depresiva. Cursó estudios en la ciudad de Sibiu en la sugestiva región de Transilvania. Desde los 22 o 23 años en que acaba sus estudios en Sibiu, padece una enfermedad que lo acompañará toda su vida y que lo hará llegar a las más altas cotas de la desesperación existencial y a las más altas cotas del pensamiento lúcido, padeció toda su vida de un insomnio que, por otro lado, fue altamente productivo en cuanto a creación intelectual. De sus primeras crisis existenciales sale a través de la escritura, a través de la interiorización de todas sus angustias al explayarlas pergeñando cuartillas. Estudió filosofía en Bucarest y poco después de licenciarse, en 1933, publica su primer libro escrito en rumano: “En las cimas de la desesperación”. En 1937, gracias a una beca del Instituto Francés de Bucarest, va a Paris para cursar el doctorado en filosofía. Allí se convierte en un consuetudinario estudiante de la Sorbona sin llegar a culminar ningún estudio. Durante estos años sigue escribiendo en rumano libros como: “El ocaso del pensamiento”, “El libro de las quimeras”, “Breviario de los vencidos”, “De lágrimas y santos”.

En 1940 se radica definitivamente en Francia y comienza a escribir sus libros en francés con la publicación de “Breviario de Podredumbre”. Libros como ,“Ese maldito yo”, “Historia y Utopía”, “Silogismos de la amargura”, “Ejercicios de admiración”, “La caída en el tiempo” van deshilvanando sus angustias vitales. En 1946 se declara oficialmente apátrida al renunciar, de modo oficial, a su nacionalidad rumana. Aunque siempre fue un solitario fue muy amigo de Samuel Beckett y de Eugene Ionesco, con quienes se codea en el uso de un lenguaje irónico y corrosivo. A través de todos sus escritos se vislumbra como un destino suicida, un suicidio al final de todo. Sin embargo, la persona que más lo ha tenido presente, es la menos dispuesta a realizarlo. Fue constante preocupación en sus escritos el deseo de morir, tanto, que renunció a todo por él, incluso a la muerte. Cioran, el profeta del suicidio que nunca realizó porque sus reflexiones sobre la inutilidad del mundo o sobre la nada de la vida no aseguran la desesperación necesaria para hacerlo y así dirá que los seres humanos nunca se suicidan por razones exteriores sino por desequilibrios internos, orgánicos. ¿Y por qué nunca se suicidó?, sencillo, porque le repugnaba tanto la muerte como la vida. Además, recreándose siempre en su tristeza y en su melancolía, refutará el suicidio con este Silogismo de la Amargura: “¿No es inelegante abandonar un mundo que tan gustosamente se ha puesto al servicio de nuestra tristeza?”

Emil M. Cioran

Muere en París en 1995, a los 84 años, después de soportar unos agónicos años de padecimiento de Alzheimer.


Fernando Savater dijo de él que era:


el último de los gnósticos, un moralista al estilo de Chamfort, un budista occidentalizado, un schopenhaueriano sin pedanterías y el pesimista que monta guardia en una Europa beatificada por la autocomplacencia”


Por encima de todos los adjetivos, Cioran era un hombre lúcido. Emil M. Cioran, un hombre lúcido que generó, en infinitas noches de insomnio en las que entre momentos de enajenación y de delirio la mente, libre y clarividente, es capaz de construir ideas. Mente transparente, mente luminosa, clara, capaz de construir ideas sin la contaminación de un delirio. La lucidez es casi siempre momentánea, es un delicado y débil equilibrio inestable entre dos etapas diferentes de anormalidad. Es un destello creativo en las tinieblas de la vulgaridad, es una explosión de conocimiento que después se apaga rápidamente. Y ese conocimiento que se transmite por el lenguaje tiene, además, el encantamiento que las mismas palabras producen por su contenido y por su construcción.

Cuando divaga sobre normas de conducta, Emil M. Cioran usa el apotegma, que no es más que esa construcción literaria a través de la cual se rinde culto o se declara un principio de conducta. Y muchas de sus citas son apotegmas que visualizan la conducta humana, a veces queriéndola normar aún más, o simplemente haciéndonos recapacitar en el absurdo de muchos de los apotegmas presentes en nuestras vida. El conocimiento de que la actividad mental produce divagaciones en los campos del intelecto, en los conceptos morales, en las apreciaciones estéticas e incluso en las creencias religiosas es consecuencia de la unión de cuerpo y alma cuyos aspectos que nos ofrece la vida son abstracciones de la unidad. Alma y cuerpo indivisibles, uno no existe sin el otro, uno es consecuencia del otro sin que podamos decir cual. Destellos de lucidez nos hacen entender estas ambivalencias, pero no siempre dispondremos de las palabras justas para transmitirlas. Ya es mucho que en un relámpago de entendimiento se nos hagan transparentes. El conocimiento que tenemos del ser humano y de su trascendencia, es un conjunto de abstracciones de fenómenos de nuestro mundo físico, ese mundo que explican sociólogos y sicólogos y anatomistas. Pero el hombre como elemento único forma parte del conjunto de la idea universal de la cual él es una particularidad. El ser humano lo es en la universalidad del concepto y el individuo lo es en la particularidad de ese concepto. Si queremos entender a un hombre debemos entenderlo en el concepto unívoco de ambas concepciones. Y sin embargo cada individuo tiene la conciencia de ser único. La mayor o menor “cantidad de conciencia de unicidad” que tienen los individuos condiciona su desarrollo en la vida y lo hará un individuo en mayor medida más humano en lo universal. Emil M. Cioran, con sus dicterios nos ayuda a entender algunas de las características del sentido vital que hacen de la unicidad el anhelo del hombre. Muchos de los conceptos emitidos por Cioran son antinomias manifiestas, porque la vida es un complejo muestrario de las mismas. Pensarlas, digerirlas y asumirlas lleva muchas veces a la tragedia, lo cual constituye el centro de gravedad de la condición del hombre, el debatirse con las antinomias. Esas antinomias son el embrujo que producen las palabras que son las que presentan el dilema conceptual.

Emil M. Cioran, en su casa de París

Cioran tiene la particularidad de hacernos meditar sobre nuestra conciencia, sobre la conciencia que, en el sentido hegeliano, es “la relación entre el yo y el objeto”. Cioran nos hace tomar conciencia de nuestra conciencia y a eso es a lo que llamamos lucidez, que además es uno de los atributos del ser humano ya que los seres animales “saben”, pero solamente el ser humano “sabe” que sabe”. Y una vez más la lucidez es el resplandor, el rayo de ese saber que se sabe. La lucidez es también el corrimiento del velo, el despertar, el deshacer el engaño que la vida nos crea. Paul Valery habla de “saber desmontar el mecanismo de todo, ver dentro, cesar de estar engañado”. Y así Valery valora al ser humano por su capacidad de no consentimiento de lo montado, es decir por el grado de lucidez que haya alcanzado.

Los grados de ese despertar, de ese renacer al conocimiento, se calibran cuando nos preguntamos: ¿Hasta dónde llegué en la percepción de la irrealidad?. La lucidez nos ayuda a llegar al fondo de los razonamientos teoréticos hasta el punto de que se limita al mero conocimiento sin siquiera querer remediar nada. La lucidez llega al diagnóstico, lo muestra, lo recrea, pero no lo remedia.

Emil M. Cioran


Y Cioran usará el silogismo como si la propia vida fuese una triple proposición en la cual la última de ellas fuese la consecuencia dramática de las otras dos. Porque vivimos, como decía George Santayana, “dramáticamente en un mundo que no es dramático”, es decir que, independientemente de cómo enfrentemos el drama de la vida, en sus anhelos básicos de subsistencia y trascendencia, el sentido de vida del espíritu es el incremento de su unicidad, el espíritu lo que quiere es ilusionarse con su propia importancia. Este anhelo de unicidad es casi una forma de locura, en el sentido de estado excepcional de la mente.

La genialidad de Cioran estriba en que es capaz de hacernos ver el desapego necesario que deberíamos tener de las ideas. Nos hace vislumbrar la cantidad de ideas que nos fascinan y que nos esclavizan; aún en el más escéptico de los hombres el cúmulo de ideas y de creencias que subyace en su personalidad es inmenso. La lucidez nos hará ver lo que de esencial tienen algunas ideas, aquellas que no permiten ser calificadas o justificadas y que nos llevan directamente al conocimiento de la inanidad, de lo fútil, de lo vacuo. Se nos revela el vacío vital cuando somos conscientes de que “la realidad es una creación de nuestros excesos, de nuestras desmesuras y de nuestros desvaríos”

Emil Cioran

GLOSAS

1
“Somos todos unos farsantes: sobrevivimos a nuestros problemas”

Una de las citas que más me gustan de Cioran, en efecto, somos unos farsantes que todos los días amanecemos a un mundo nuevo en el que vamos construyendo las soluciones de nuestros problemas o simplemente los vamos olvidando, pero siempre sobreviviendo por encima de ellos o deleitándonos en ellos. Nos mantiene vivos lo azaroso que tiene la vida; si todo fuera predecible seríamos todos suicidas.
2
“La historia de las ideas es la historia del rencor de los solitarios”
“El sueño de la razón produce monstruos”, apuntaba Goya para uno de sus oníricos grabados. La mente que alberga y conserva y alimenta los sentimientos de hostilidad del lúcido palabreador sobre el mundo, es la titánica tarea de un solitario resentido. El gran pensador Luis Vives decía que “el odio nace de un temperamento frío” y que el rencor era “una enemistad antigua y una ira envejecida”. Inconformidad, enemistad antigua contra la que se construyen nuevas ideas para enterrar las viejas. Tanto lo amado como lo aborrecido son la fuente inagotable de acciones y ensoñaciones, de deseos y de sentimientos, de formulación de ideas.

3
“Don Quijote representa la juventud de una civilización: él se inventaba los acontecimientos; nosotros no sabemos como escapar a los que nos acosan”

La lucidez es un estado de conocimiento entre dos estados de locura. Dicen que Don Quijote estaba loco porque se inventaba los acontecimientos y los problemas. ¡Pues que vitalidad tenia! ¡Maravillosa insania!. Nuestros tiempos nos hacen agónicos los embates de la vida y él, simplemente, los aumentaba con la creación e intento de resolución de los nuevos. Desde el punto de vista de la edad de la civilización, nosotros somos unos viejos sin fuerza.

4
“No merece la pena matarse; siempre lo hace uno demasiado tarde”
Siempre es tarde, todo sucede demasiado tarde. El conocimiento nos llega cuando el conocimiento ya no es necesario. Cuando tenemos la lucidez suficiente para entender lo que pasó, ya pasó el momento en que hubiese justificado una solución final. Buscamos el sentido de la vida y afortunadamente no lo encontramos, porque la vida no tiene un sentido práctico, si lo tuviese, si tuviese un fin o una dirección y si el suicidarse fuese un fin en si mismo le daría sentido a la finalidad de la vida lo que la haría de por sí insoportable.

5
“Quien ama su independencia debe estar dispuesto, para salvaguardarla, a cualquier infamia, a la ignominia inclusive”
La defensa de la independencia no es la defensa de las ideas ni muchísimo menos la defensa de las ideologías, Nuestra independencia nos viene por la certeza de nuestra unicidad que siempre va a ser chocante con las unicidades ajenas. De ese choque y esa lucha podemos esperar el vernos sometidos a que nos desprecien y a que nos pierdan la estimación o el respeto ajeno, a que nos humillen y a que nos avergüencen. Pero este sentimiento es bidireccional, puede que por defender nuestra independencia seamos nosotros las víctimas, pero también puede que tengamos que ser los actores para su salvaguarda.

6
“El problema de la responsabilidad sólo tendría sentido si nos hubiesen consultado antes de nuestro nacimiento y hubiésemos aceptado ser precisamente ese que somos”

En el eterno discurso del hombre entre la vida y la libertad, unos y otros se entrecruzan, se potencian, y en muchísimos casos se oponen. Los valores de la vida a veces se oponen a las libertades y el ejercicio de las libertades contrasta con los valores de la vida. No llegamos a este mundo con la escogencia pretérita de unos determinados valores para obtener determinadas libertades. No nos es permitido escoger nuestros valores éticos antes de ser creados pero sí se nos va a juzgar por los que el ejercicio de nuestras libertades nos haya adjudicado. En las civilizaciones primitivas la responsabilidad individual es responsabilidad parcial del grupo social y se considera que puede haber responsabilidad aún en actos inconscientes. En nuestra moderna cultura occidental destacamos la responsabilidad individual derivada de actos conscientes y voluntarios. Potenciar la responsabilidad individual haría cierto que nadie es responsable de lo que yo hago pero también sería cierto que no tendría responsabilidad en lo que hiciesen los demás. Kant hablaba de la asombrosa facultad del ser humano de ser una autoreferencia continua, es decir, de tener una conciencia que “Pone al hombre de testigo a favor o en contra de sí mismo”, en una compleja dualidad en la que se es juez y acusado. Y, ¿dónde aparece el sentimiento de culpa?, pues cuando aparecen en los juicios los conceptos de “responsabilidad” considerando lo que pasó y lo que pudo haber pasado derivado de lo que se esperaba de mí.

7
“En un libro gnóstico del siglo II de nuestra era se dice: <> Como sólo se reza en momentos de abatimiento se deduce que ninguna plegaria ha llegado a su destino.”

Estamos abatidos cuando de modo repentino pasamos de anhelos impulsivos o vehementes a un estado de paz y sosiego que se nos vuelve doloroso por no estar acostumbrados a él. Los anhelos de divinidad sosegados por la impotencia de no conocer o de no satisfacer la pasión de conocimiento de la divinidad y recobrar el conocimiento nos abaten. ¿Y qué hacemos?. Rezar, interceder, pedir; rezar, ese verbo egoísta que pide suplir nuestras carencias o nuestras impotencias. El gnosticismo presupone que nuestro ascenso en el conocimiento tiene como premisa nuestro reconocimiento de seres mortales. Cuando nuestras fuerzas escasean y creemos no poder completar ese ascenso en la unicidad, pedimos ayuda, intercedemos, rezamos. Sí, es cierto, solo rezamos en momentos de abatimiento, en momentos de impotencia, en momentos en que necesitamos algo.

8
“A veces uno quisiera ser caníbal, no tanto por el placer de devorar a fulano o a mengano como por el de vomitarlo”

Si una de las características del amor es el aprecio, entonces uno de los mayores logros del desamor es el desprecio. Tanto el amor como el desamor es el aprecio o desprecio de algo que valoramos de alguna manera, y como el valor de las cosas y el precio que pagamos por ellas es variable en el tiempo, también nuestros amores y nuestros desamores cambian en el tiempo. Quisiéramos a veces liquidar a tal cual persona a quien no tenemos aprecio, y lo haríamos de las mil maneras con las que se pueden hacer desaparecer de nuestras vidas a quien despreciamos. Se dice que no hay mejor desprecio que no dar aprecio, pero algunos quieren llegar hasta la eliminación, si no física, sí al menos de nuestras mentes del ser despreciado. Una de ellas sería deglutirlo y en un gesto de perfecto desprecio, expulsarlo de nosotros mismos en un solo vómito que regurgite personas e ideas. ¡ Lo máximo del desprecio !

9
“¿Qué le ocurre, hombre, pero qué le ocurre?. Nada, no me ocurre nada, es sólo que he dado un salto fuera de mi destino y ahora ya no sé a donde dirigirme, hacia qué correr...”

Suele decirse que la vida no tiene sentido y a las primeras se piensa en qué se quiere decir que la vida no tiene razón de ser o no tiene una finalidad, o que no tiene una dirección determinada preestablecida. Mentalmente construimos nuestra vida con una quimérica continuidad de etapas que queremos recorrer para llegar al objetivo final. Mentalmente ese camino lo construimos día a día y casi durante toda la vida, nos mantiene vivos el anhelar seguir quemando etapas. Eso construye en nosotros un “continuum” por el que queremos que todo lo que suceda sea perfectamente previsible. Pero a veces, muchas veces, hacemos cosas en la vida que nos sacan de ese “continuum” y pegamos un salto al vacío, pegamos un salto a lo imprevisto. En ese momento, sin una dirección, sin un sentido nuevo, quedamos perplejos, quedamos como confundidos al no saber que hacer, si regresar a la seguridad del destino preconcebido y conocido o enfrentar el nuevo rumbo. Esa incertidumbre que nos deja perplejos muchas veces será el motor de cambio de nuestro destino.


10
“Los desastres demasiado recientes poseen el inconveniente de impedirnos discernir sus lados positivos”


Todas las personas sufrimos, a menudo, fracasos en las actividades que emprendemos, bien porque las cosas no salen como nosotros queremos o porque esperábamos encontrar más o menos felicidad en el hecho acaecido. El análisis de lo que ocurrió, para llegar a ese “desastre”, parte de una explicación de por qué las cosas ocurrieron así y no como esperábamos. Las explicaciones que le damos dependen de nuestra subjetividad, de lo que comúnmente se llama el análisis pesimista o el análisis optimista del suceso. El pesimista aduce motivos personales si considera que es su culpa el suceso o aduce motivos inalterables si considera que siempre el suceso terminará así o aduce exageraciones cuando piensa que el suceso lo afectará para siempre. Estas dos últimas formas de evaluar el suceso transfieren al futuro las consecuencias del presente; de esa manera el desastre es una consecuencia del pasado que va a condicionar mi futuro. Por el contrario el optimista aduce motivos totalmente contrarios, el desastre no fue por mi acción ni durará siempre y no marcará todo mi destino sino una parte de él. Pues bien, si fuésemos capaces de hacer el análisis de lo ocurrido pero diferido en el tiempo, estaríamos rompiendo el esquema de acción daño-presente, efecto-futuro. Debemos analizar nuestros desastres alejados en el tiempo y encontraremos sus bondades.

11
“Nos odiamos porque no podemos olvidarnos, porque no podemos pensar en otra cosa. Es inevitable que nos exaspere esta preferencia excesiva y que nos esforcemos por vencerla. Odiarse es, sin embargo, la estratagema menos eficaz para lograrlo”

Lo contrario del amor es el desamor, lo contrario de querer es no querer. Pero ahora hablamos de no querer pero en cantidades exageradas, no querer hasta llegar a aborrecer, es decir, tener aversión por alguien. Dicen que del amor al odio hay un paso; ¿Por qué hay una línea tan delgada entre dos antónimos?. ¿Qué provoca que lo que primero queremos, después odiamos?. Los sentimientos colaterales del amor, como agrado, afinidad, aprecio, son sustituidos rápidamente por desagrado, aversión y desprecio que nos inducen a alejarnos de la persona odiada, a liquidarla incluso. El odio viene con otros sentimientos colaterales como furia e ira. El rechazo, el alejamiento es el fin que perseguimos con el odio, queremos borrarlo de nuestras vidas y de nuestras mentes; la imposibilidad de lograrlo, su permanencia en nuestras mentes hace que el deseo de rechazo sea siempre vehemente. Debemos aprender a disolver definitivamente de nuestras mentes la presencia animada o inanimada del objeto de nuestro odio. Su ausencia definitiva hará cesar los deseos de rechazo, su ausencia definitiva cancelará el odio. Ya lo dice el saber popular: “lejos de vista, lejos de corazón”.


jueves, 7 de febrero de 2008

PRISCILIANO Y SU RASTRO EN ASTURIAS

PRISCILIANO
Y SU RASTRO EN
ASTURIAS

CRUZ DE LA VICTORIA


Un Santo del romano santoral, y por tanto, inexcusablemente ortodoxo, decía que:


“Aquel que tiene inclinaciones hacia la lujuria es compasivo y misericordioso; los que tienen inclinación a la pureza no lo son”

Pues aunque le parezca un revulsivo a morales de libro o encargo, este curioso aserto pertenece a San Juan Clímaco un conocido asceta palestino que vivió entre los años 525 al 600 y que la Iglesia Católica reconoció como Doctor de la Iglesia por los méritos de su vida como Abad de un cenobio en el Monte Sinaí y por su principal libro, escrito en griego, sobre la vida ascética, el Clímax (Clímaco es escalera para subir al cielo)

Este tremendo pensamiento, en un hombre cuya vida ascética es casi un paradigma de lo que es la antítesis de la lujuria, fue perfectamente glosado por E. M. Cioran, cuando escribió que:


“Para denunciar con tanta claridad y vigor, no las mentiras, sino la esencia misma de la moral cristiana, y de cualquier moral, era menester ser un Santo como Juan Clímaco, ni más ni menos”


Esto viene a cuento porque nuestro famoso hereje Prisciliano fue el primer abanderado de la predicación de la lujuria o al menos así se lo endilgó la historicidad. Pero vamos a profundizar un poco más en la curiosa herejía prisciliana, a la luz de lo que nos glosa Cioran sobre Juan Clímaco. Por cierto que, en algún momento, debemos prestarle a Cioran mucho interés porque fue otro de esos Heterodoxos que tanta ortodoxia nos agrega con sus impúdicos silogismos.

El mismo Cioran comenta, también, que los conflictos entre Herejía y Ortodoxia son tan actuales ahora como lo eran en los primeros siglos del Cristianismo. Presenciamos actualmente diatribas provenientes de ideólogos que tratan de dilucidar las irrealidades y lo no comprobable de todos los dogmas, no sólo de los religiosos de cualquier religión, sino también los dogmas sociales y los dogmas políticos. Cioran apuntilla diciendo que nuestro mundo sería mejor cuando cesen las pugnas entre unos y otros. Y que verdad tan grande, pues nada se ha dilucidado y en el camino han llevado a unos a los libros y a otros a las hogueras.

Es Prisciliano, para nosotros, el primer hereje en cuatro siglos de cristianismo, pero pueden suponer que no es la primera herejía que enfrentaba la ortodoxia eclesial. En efecto, en estos cuatros siglos ya se han sucedido muchas de las herejías que aún resuenan en sus oídos, entre las que destacaré, por más conocidas e influyentes en su época, el maniqueísmo, el gnosticismo, el arrianismo, y una larga lista de –ismos. Mucha de la obra escrita de Prisciliano se dedicó a demostrar los errores de estas herejías y su magna obra sobre esto fueron sus diez Tratados. Le cabrá a Prisciliano ser el primer hereje que pierde su cabeza por defender sus ideas teológicas que fundamentalmente pasan por un deseo de llegar a Dios por medio del conocimiento y del estoicismo. La historia vulgarizada de Prisciliano incide más en la parte anecdótica de las exteriorizaciones rituales de una semiótica al uso y que sirvieron más para cortarle la cabeza que para cortar sus ideas.

Es posible que la mayor parte de la historia vulgarizada de sus excesos en el sexo y en otros varios pecados oficiales sea producto posterior de sus enemigos para excusar las acciones contra él y no contra sus ideas. Se decía de él que rezaba desnudo y en presencia de mujeres. Curiosa denuncia ya que, si recordamos toda la imaginería del ascetismo, les llamará la atención que todos los ascetas o anacoretas son pintados en actitudes orantes y todos, poco menos que en “calzoncillos” de la época, casi casi que en porretas. Y si, como Prisciliano predicaba, no debía haber discriminación entre hombres y mujeres, ¿qué de raro podía tener la imagen descrita anteriormente? Vivía Prisciliano los últimos años del imperio romano, las costumbres y los usos habían entrado en una decadencia de la que participaba toda la sociedad a su alrededor.

Otras denuncias sobre eróticos bailes en los momentos de celebrar conjuros para consagrar las cosechas al Sol o a la Luna tienen que ver con las ancestrales costumbres celtas. No hay prácticamente culto religioso que no sea acompañado por estas mismas prácticas jubilosas. El Rey David bailaba desnudo ante el Arca de la Alianza, precediéndole en las procesiones. ¿Por qué iba a ser anatema en Prisciliano la misma práctica?

Toda la obra escrita de Prisciliano está libre de heterodoxias, toda ella destila una tradición teológica derivada de la de Orígenes. Cuando se le corta la cabeza a Prisciliano no se la cortan a él sino a todas las herejías que lo habían precedido en los siglos anteriores y que en sus últimas elucubraciones pretendían divinizar el cristianismo solo por prácticas estéticas. Se pretendieron rescribir los textos sagrados debido a su malísimo estilo literario por otros relatos más apegados a una lógica narrativa y más bella y más poética. Al final de esta curiosa elaboración llegaron a la conclusión de que la creación no era una consecuencia divina sino que era un producto del azar. Para el oficialismo cristiano esta última herejía era mucho más importante que todas las anteriores, pues atacaba la médula de las creencias teológicas. Pero de todas estas disquisiciones lo que Prisciliano defiende no es esta idea, o esta imagen en particular, sino el especial derecho que él tiene para poner en tela de juicio todas las ideas. Se declara a sí mismo como una especie de librepensador en estado puro y defiende la tesis de que los hombres puros no se equivocan y que por tanto pueden asumir riesgos. Aquí nace una de las primeras defensas del derecho al libre pensamiento que llevaría hasta sus últimas consecuencias otro hereje mucho más conocido, Lutero en el siglo XVI.

¿Queda algo del priscilianismo? Pues sí, nos queda una curiosidad histórica. Entre otras prácticas heterodoxas habituales para los seguidores de Prisciliano estaba la seudociencia astrológica. Nada de las prácticas de esa época asustan a nadie en los tiempos actuales, sin embargo en el siglo IV, aunque prácticas comunes para el pueblo, fueron anatemizadas en las cabezas de sus dirigentes. En la práctica astrológica de los seguidores de Prisciliano era común el uso de amuletos fabricados por ellos mismos (práctica muy extendida aún en Asturias y Galicia). Algunos de ellos recibieron el nombre de piedras priscilianistas y en la actualidad existe la creencia, según autores como Menéndez Pelayo y Manzanares Mir, de que, la famosísima y asturiana Cruz de los Ángeles, emblema de la ciudad de Oviedo, lleva engastadas dos piedras priscilianistas.


CRUZ DE LOS ÁNGELES



La Cruz de los Ángeles es una cruz griega tipo relicario de hacia el año 808. En años posteriores fue decorada en su anverso con 48 piedras preciosas. Su decoración fue realizada con 10 piedras en cada brazo lateral, 10 en el brazo superior, 9 en el brazo vertical y 9 en el rosetón central. Este número de piezas tiene que ver con números cabalísticos de un sistema docenal muy usado en la época (y aún de uso cotidiano)

Estas piedras están engastadas en cabujones. Una de ellas, colocada en el brazo izquierdo tiene una figura con una imagen claramente caprina, de cola tipo serpiente, cuerpo lanudo y con dos brazos, los cuales sujetan, uno de ellos una bola con un ancla y el otro un artilugio que podría ser un látigo. Debajo lleva la inscripción PHACA VAL. Esta figura es claramente el signo zodiacal Capricornio.


PHACA VAL


He aquí, según la tradición, al Priscilianismo incorporado a la emblemática de la capital asturiana. Pero aún hay más. En la Catedral ovetense, debajo de la Cámara Santa, se encuentra la cripta de Santa Leocadia en la cual hay un sepulcro adornado con toda la simbología prisciliana: el racimo de uvas, el árbol del mundo, etc. ¿Prisciliano en Galicia? ¿Prisciliano en Asturias? Es evidente que no existía una desagregación de estas dos regiones, existía una zona administrativa, romanizada, que se llamaba Gallaecia y que se conformaba con las diversidades étnicas de cántabros, astures, galaicos, etc. La extensión tan rápida de las ideas de Prisciliano y su mantenimiento por tantos siglos nos da idea de una base sociológica bastante uniforme. Gallegos-Asturianos, Asturianos-Gallegos. Al menos en esos siglos los unió Prisciliano, el primer hereje o ¿el primer mártir de la libertad de pensamiento?


Detalle de la Cruz de los Angeles

Camafeo en ágata de origen romano

PRISCILIANO, EL PRIMER HEREJE

PRISCILIANO, EL PRIMER HEREJE
¿GALLEGO O ASTURIANO?



Bien es verdad que el primer hereje que registra la historia como nacido en las tierras de Hispania lo registra como nacido en Iria Flavia o al menos pasó su infancia. Quiere la tradición reconocer a Iria Flavia como fundada por la princesa Illia, siendo éste el destino final del matrimonio del Rey Theneo e Illia, huidos de la destrucción de Troya. Allí en el siglo IV nació Prisciliano quien se decía a sí mismo de Gallaecia y que provenía de familia hispano latina. Cursó estudios en Burdeos donde conoció las ideas del herético Elphidius y coincidió con tres prominentes hombres que después llegarían a santos: Martín de Tours (el de la repartición de la capa), Ambrosio y Jerónimo. Todos ellos se iniciaron en las herejías de Elphidius, sin embargo el que perseveró en la herejía fue solamente Prisciliano. Regresa a Gallaecia donde difunde sus ideas. Estas ideas eran sincretismos derivados de cultos místicos venidos de Egipto (culto a Osiris y a Mitra) y de prácticas druidas de la Gallaecia profunda mezcladas con ideas maniqueas y cultos persas a Zoroastro.

Difunde ideas gnósticas sobre como alcanzar la santidad por los excesos, tanto los de renuncia como los de entrega. Pasará a la historia como el hereje de los excesos (lúbricos, lúdicos, etc.). En la base de sus ideas está el precepto que después difundió Ágape de que “no hay ningún acto impuro para las conciencias puras”. La transmigración de las almas, el culto a los muertos, la astrología, el sacerdocio femenino, la vulgarización del bautismo (idea común a muchísimas civilizaciones), son partes del discurso de Prisciliano. Ideas tan curiosas y tan liberales se difundieron rápidamente en la sociedad de la época y se propagaron a tierras lusitanas y béticas. Convocado un concilio, para detener estos excesos, en el año 380 se llega a condenar esta herejía con la publicación de ocho cánones que refutan públicamente la herejía prisciliana. Algunos de estos cánones son tan curiosos como:



Que se excomulgue al clérigo que para vivir licenciosamente quiere hacerse monje”
“Que las mujeres fieles no se mezclen con los otros hombres que no sean sus maridos”




Juzgado de nuevo Prisciliano en Burdeos apela al sentimiento de Martín de Tours quien no consigue evitar una condena por:



“delitos de magia, doctrinas obscenas, orar desnudo, conciliábulos nocturnos con mujerzuelas y maleficios”



En el año 385 y bajo el Consulado de Bauton y Arcadio es degollado en Tréveris junto con otros compañeros de herejía. Cuatro años después es exhumado por sus discípulos y llevado en procesión hasta París, pasando por Orleáns, Tours y Burdeos hasta que nuevamente regresa a la península entrando, probablemente por Roncesvalles. Continúa su peregrinar hasta Galicia, posiblemente por barco, donde finalmente fue enterrado en Iria Flavia.

Y bien, ¿era Prisciliano gallego o era asturiano? Iria Flavia pertenecía a Gallaecia y ¿qué era Gallaecia?, el norte de la península era un territorio habitado por pueblos vecinos y que en la época de la dominación romana eran cántabros, astures, galaicos. Los relatos de sus luchas contra Roma mezclan de continuo sus procedencias gentilicias. No existe en esta época el sentimiento de unidad racial y cuanto menos el sentido de nacionalismo como entidad geográfica que encierra un gentilicio. Estrabón y otros autores escriben en sus crónicas que existían tres zonas diferenciadas y que correspondían a una división administrativa del gobierno de César Augusto: al oriente el “Conventus Cluniensis” de los cántabros, limitados por las tierras de Clunia (la actual Burgos) y el río Sella, en el centro el “Conventus Asturum” de los astures, que ocupaban las tierras entre el río Sella y el Navia como límites laterales y el río Duero por el Sur, estando su centro activo en Astúrica Augusta (la actual Astorga), y por último el “Conventus Lucensis” de los Albiones, que ocupaban las tierras mas allá del río Navia y que centraban su actividad en “Lucus Augusta” (la actual Lugo).

Es significativo que, con la dominación romana, se extendiese en estas tierras el uso del latín pero es muy significativo que el latín sufra giros y deformaciones diferentes en las tres regiones. Esta misma separación se va a producir en los actuales Bables asturianos al diferenciarse en tres regiones, la occidental, central y oriental que coinciden exactamente con estos mismos linderos, tres diferentes Bables. Y es significativo que es el Navia el río que es frontera lingüística entre el gallego y el bable y no el río Eo (llamado entonces Ego o Egova), actual frontera natural entre Asturias y Galicia.




División administrativa de Hispania



Esta división administrativa respetaba la existencia de tres pueblos identificados con las zonas, pero nada hace suponer que separase tres pueblos independientes diferentes antes de la romanización ni después de producirse la romanización del norte. En los últimos años del Imperio Romano, antes de la caída de Roma (476) y el nacimiento del Imperio de Bizancio, la administración centralizada de Roma establecía a Gallaecia casi llegando hasta la actual Villaviciosa de Asturias, lo mismo que eran astures hasta los actuales leoneses de la maragatería. La Asturias de los tiempos de Estrabón poco tiene que ver con la actual Asturias, me refiero a sus límites geográficos y carecía, por supuesto, del sentimiento de nación como lo entendemos actualmente. Los cántabros y los astures nunca defendieron nacionalismos, ni defendieron conjuntos sociogeográficos definidos, ni sociopolíticos ni culturales. No existe el carácter nacional en estas luchas guerreras contra Roma.

Dentro de este contexto Prisciliano no era ni gallego ni asturiano, en el sentido localista que le damos hoy a estos términos. Prisiciliano fue un habitante de una vasta región que en el siglo IV se llamaba Gallaecia, de usos y costumbres bastante uniformes en su diversidad. Sus ideas heréticas prosperaron rápidamente porque existía un sustrato uniforme que Menéndez y Pelayo atribuye al panteísmo de los celtas, similar al panteísmo de las ideas religiosas egipcias que propagaba Prisciliano, así como la transmigración de las almas es común a las ideas de nuestro Prisciliano y de los celtas o el culto a los muertos, y sobre todo la astrología que es común al orientalismo egipcio y al celtismo, lo mismo que el sacerdocio de las mujeres. Esta uniformidad Estrabón la destaca cuando dice: “era una la manera de vivir de vascones, cántabros, astures y galaicos”. Casi todos los autores señalan una unicidad para los mitos y creencias de esta vasta región. Aún persisten muchos de estos mitos y son comunes a toda esa zona.

Al fin, ¿quien fue Prisciliano? Esta pregunta fue interrogante de casi todos los historiadores españoles modernos. Sánchez Albornoz llega a preguntarse si en Santiago está enterrado el Apóstol Santiago o es Prisciliano. Y mas aún (aunque despidiendo un tufillo anticlerical muy siglo XIX como dice Sánchez Dragó) Miguel de Unamuno escribe:


“el sepulcro de Santiago lo es de toda España, pero quizás repose en él Prisciliano...”

¿Por qué los historiadores aún se preguntan por Prisciliano? ¿Por qué razón muchos peregrinos de la ruta jacobea dicen que no hay romería jacobea si esta no se alarga hasta Padrón? ¿Es esto una alusión a Prisciliano? ¿Importa si fue gallego o asturiano?

martes, 5 de febrero de 2008


PARERGA Y PARALIPÓMENA

(Parerga, obra accesoria. Paralipómena, fragmentos, proyectos o variantes, que se añaden a obras de carácter poético o filosófico)

Hay frases que son, en si mismas, un compendio de sabiduría y experiencia. Nada mejor que compartirlas
Albert Einstein



· La historia de las ideas es la historia del rencor de los solitarios

· Somos todos unos farsantes, sobrevivimos a nuestro problemas

· Don Quijote representa la juventud de una civilización: él se inventaba acontecimientos; nosotros no sabemos como escapar a los que nos acosan

Emil Cioran
Silogismos de la Amargura

· Quien ama su independencia debe estar dispuesto, para salvaguardarla, a cualquier infamia, a la ignominia inclusive

· El problema de la responsabilidad sólo tendría sentido si nos hubiesen consultado antes de nuestro nacimiento y hubiésemos aceptado ser precisamente el que somos

· En un libro gnóstico del siglo segundo de nuestra era se dice: “La plegaria del hombre triste no tiene nunca fuerza para subir hasta Dios”….. Como solo se reza en momentos de abatimiento, se deduce que nunca ninguna plegaria ha llegado a su destino.

· A veces uno quisiera ser caníbal, no tanto por el placer de devorar a fulano o a mengano como por el de vomitarlo.

· ¿Qué ocurre, hombre, pero qué le ocurre? Nada, no me ocurre nada, es solo que he dado un paso fuera de mi destino y ahora ya no se hacia donde correr.

· Solo se deberían escribir libros para decir cosas que uno no se atrevería a confiar a nadie.

· La libertad es el derecho a la diferencia.

Emil Cioran
Del incoveniente de haber nacido


· Los desastre demasiado recientes poseen el inconveniente de impedirnos discernir sus lados positivos.

· Nos odiamos porque no podemos olvidarnos, porque no podemos pensar en otra cosa. Es inevitable que nos exaspere esta preferencia excesiva y que nos esforcemos por vencerla, Odiarse es, sin embargo, la estratagema menos eficaz para lograrlo.

· La música es una ilusión que nos compensa de todas las demás.

· Todo sucede demasiado tarde, todo es demasiado tarde.

· ¡Si describir una desgracia fuese tan fácil como vivirla!

· Estáis tranquilos, olvidáis a vuestro enemigo que vigila y espera. Se trata, sin embargo, de estar preparado cuando arremeta. Vosotros venceréis, pues a él lo habrá debilitado ese enorme desgaste de energía que es el odio.

· Podríamos, por fin, expirar mejor si una mañana nos dijeran que la inmensa mayoría de nuestros semejantes se ha volatilizado como por encanto.

· Todo el mundo me exaspera. Pero me gusta reír y no puedo reír solo.

· Comprende uno incomparablemente muchas más cosas aburriéndose que trabajando, siendo como es el esfuerzo el enemigo mortal de la meditación.

· Pasar del desprecio al desapego parece fácil. Sin embargo es menos una transición que una hazaña, que un triunfo. El desprecio es la primera victoria sobre el mundo; el desapego, la última, la suprema. El intervalo que las separa es similar al camino que va de la libertad a la liberación.

· Si obedeciera a mis primeros impulsos, me pasaría la vida escribiendo cartas de injurias y de despedidas.

Emil Cioran
Ese maldito yo



· Qué aberración perdonar a nuestros enemigos, presentarles todas las mejillas inventadas por un ridículo pudor, para que nos escupa y abofetee toda la canalla que nos rodea, a quienes nuestros instintos nos incitan a pisotear sin piedad.

Emil Cioran
Breviario de los vencidos


· Los peores malvados se encuentran entre los tímidos y los taciturnos: los que no se atreven, no pueden, palabrear.

Emil Cioran
Cuadernos 1957-1972


· ¿Quid superbit homo, cuius conceptio culpa, nasa poena, labor vita, necesse mori?
¿De qué se puede ufanar el hombre, si su concepción es una culpa, su nacimiento un castigo, un trabajo su vida y morir una necesidad?

· La paz, la tranquilidad y la felicidad habitan solo allí donde no haya ningún donde ni ningún cuando.

· El cometido del auténtico saber no es tanto ver lo que nadie ha visto todavía cuanto, ante lo que todo el mundo ve, pensar lo que nadie ha pensado aún. Por ello es más difícil ser filósofo que físico.

· El médico ve al hombre en toda su debilidad, en jurista en toda su maldad y el teólogo en toda su estupidez.

· Bien puede decirse que nuestra vida es un episodio que viene a perturbar inútilmente la sagrada paz de la nada.

· Querer es esencialmente sufrir, y como vivir es querer, toda vida es por esencia dolor. Cuanto más elevado es el ser, más sufre… La vida del hombre no es más que una lucha por la existencia, con la certidumbre de resultar vencido. La vida es una cacería incesante, donde los seres, unas veces cazadores y otras cazados, se disputan las piltrafas de una horrible presa. Es una historia natural del dolor, que se resume así: querer sin motivo, sufrir siempre, luchar de continuo, y después morir… Y así sucesivamente por los siglos, de los siglos hasta que nuestro planeta se haga trizas

Arthur Schopenhauer
Paralipomena Nos. 109-3076-344a




La fuente principal de los peores males que el hombre padece es el hombre mismo.

Arthur Schopenhauer
El mundo II

· El autentico amor no es sino el intento de canjear dos soledades.

José Ortega y Gasset
El hombre y las cosas

· Tout notre mal vient de ne puvoir être seuls.

Jean de La Bruyere

· La terre es couverte de gens qui ne méritent pas qu’ on leur parle.

Jean Marie Arouette “Voltaire”

· Para andar por el mundo es útil llevar consigo una amplia provisión de circunspección y de indulgencia.

Arthur Schopenhauer
Arte del buen vivir

· Vive y deja morir.

Renzo Vargas Alatrista

· Yo no quiero morir, pero a veces desearía no haber nacido.

Fredy Mercury
Bohemia Rapsody

· “Homo non inteligendo fit omnia”
El hombre hizo todas las cosas sin pensarlas mucho

Gianbattista Vico

· El amigo debe ser un maestro en el arte de adivinar y callar: no debe querer verlo todo.

· ¿Serían nuestros amigos si nos conociesen bien?
Frederich Nietzsche
Así habló Zaratustra



· Lo que nosotros hacemos no es nunca comprendido; solamente es alabado o censurado.

Frederich Nietzsche
El eterno retorno

· ¿El hombre será solo un error de Dios? ¿O Dios será solamente un error del hombre?

· Solo los individuos se sienten “responsables”. Las multitudes han sido creadas para hacer cosas para las cuales no tienen valor las individualidades.
Frederich Nietzsche
El ocaso de los dioses

· Mi humanidad es una perpetua victoria sobre mi mismo.

Frederich Nietzsche
Ecce homo

· La vida comienza cuando mueres, solo que no re cuerdas tu muerte, por eso la vida es tan complicada, porque estamos en la muerte o en un castigo y pasas esta vida creyendo que es la vida pero en realidad es la muerte.

Renzo Vargas Alatrista
Una noche de lucidez

· E si pur se muove.

Galileo Galilei
Murmullo ante el tribunal

· Lo íntimo también deviene en alucinaciones pero creadas bajo la manipulación en un estado de reposo.

De una exposición en Bellas Artes
24-03-2003

· ¿Cómo vivo? Buscando una componenda aceptable entre mis deseos y mis limitaciones.

· Soy un dinamismo inteligente cargado de información, proyectos, creencias, temores, ilusiones y habilidades.

· Me vivo en bloque y me entiendo en líneas.

· El hombre necesita conocer la realidad y entenderse con los demás, para lo cual tiene que abandonar el seno cómodo y protector de las evidencias privadas. Sopesar las evidencias ajenas, criticar todas, las propias y las extrañas abre el camino a una búsqueda siempre abierta de una verdad y de unos valores más firmes, claros y mejor justificados. El hombre, como el niño, pide explicaciones. Se la pide también a él mismo, internaliza esa estructura dialógica y se pasa la vida entera dialogando consigo mismo, inventando proyectos, haciéndose preguntas y también pidiéndose razones. Curiosamente al realizar tan íntima y extraña justificación, el mismo sujeto argumenta consigo mismo y puede adoptar la voz de las evidencias intersubjetivas o la voz de sus propias evidencias. Elige entre lo pensado y lo sentido. Hacemos esto último cuando queremos “racionalizar” nuestras elecciones, tarea para la que estamos muy bien dotados.

· El hombre se equivoca porque la voluntad se precipita.

· ¿Hay algún criterio que nos sirva para distinguir lo bueno de lo malo, lo justo de lo injusto, lo que nos acerca a la felicidad y lo que nos separa de ella?

· Los terribles desplomes que ha sufrido la historia de la humanidad, esas espantosas orgías carniceras, no son más que una claudicación de la inteligencia que abandona la órbita de la dignidad.

· Podemos mentir gracias a la capacidad que tenemos de manejar signos y significados.

José Antonio Marina
Ética para náufragos

· La arrogancia consiste en creer que el hombre puede racionalmente diseñar su propio destino

Friedrich August Von Hayek
Citado por Marina en Ética para náufragos


· El hombre es la medida de todas las cosas.

Protágoras

· La única diferencia entre un loco y yo es que yo no estoy loco.

Salvador Dalí
Citado por Sánchez Dragó en El camino de la mano izquierda


· Soy discípulo de Guillermo Brown…..

Sánchez Dragó
El camino de la mano izquierda

· El miedo llamó a la puerta. El ánimo la abrió y no había nadie.

Citado por Lepoldo Castilo

· En un apartado rincón del universo centelleante, desparramado en innumerables sistemas solares, hubo una vez un astro en el que animales inteligentes inventaron el conocimiento. Fue el minuto más altanero y falaz de la historia, pero a fin de cuentas solo un minuto. Tras breves respiraciones de la naturaleza el astro se heló y los animales inteligentes hubieron de perecer.

Frederich Nietzsche
Sobre verdad y mentira en sentido extramoral

· Las palabras son, en la historia, más poderosas que los hechos.
Martin Heidegger
· Para que una persona normal quiera cometer una atrocidad, basta que crea tener razones para ello.

Fernando Sánchez Ferlosio
Citado por Fernando Savater en los 7 pecados capitales



· No tenemos la menor posibilidad de deducir el deber ser a partir del ser.
David Hume
Citado por Emeterio Gómez en la Libertad individual

· El nivel intelectual de una masa corresponde al más imbécil de ella.

· Cuando el error se hace colectivo adquiere la fuerza de una verdad.

· La libertad, la mayoría de las veces, no es para el hombre más que la facultad de elegir la esclavitud.

Gustavo Le Bon


· Que cada cosa siga en su curso natural. No busquemos los extremos .Una espada continuamente afilada no dura mucho tiempo. Una sala llena de oro y jade es difícil de guardar. Opulencia y poder conducen a la soberbia y de esto nace la ruina. Acabada la obra y el mérito cumplido lo oportuno es retirarse. Esto enseña el Tao del cielo.

Lao Tse Tao Te King
El Tao

· Dios creó al hombre a su imagen y semejanza, probablemente signifique que el hombre creó a Dios a la suya.


Georg Christoph Lichtenberg
Aforismos


Sexoilógico

Alberto Montes
Una nueva palabra para el chat

1) Toda observación es relativa al punto de vista del observador
Albert Einstein

2) Toda observación se hace desde una teoría

Norwood Russell Hanson

3) Toda observación afecta a lo observado
Werner Heisenberg

4) No existen hechos, solo existen interpretaciones
Friedrich Nietzsche

5) Estamos condenados al significado
Maurice Merlau-Ponty

6) Ningún lenguaje consistente puede contener los medios necesarios para definir su propia semántica
Alfred Tarski

7) Ninguna ciencia está en capacidad de demostrar científicamente su propia base
René Descartes

8) Ningún sistema matemático puede probar los axiomas en que se fundamente
Kurt Gödel

9) La Pregunta: ¿qué es la ciencia? No tiene respuesta científica
Edgar Morin

10) En el lenguaje jugamos juegos con palabras que usamos de acuerdo a reglas convencionales
Ludwig Wittgenstein

10 postulados epistemológicos
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Las cosas no son lo que son sino lo que parece que son

De la propia experiencia
Antonio R. Escalera B.
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El universo esta ahí, simplemente. Y eso es todo.
Bertrand Russell